La carnosina es un antioxidante natural que se encuentra en su cuerpo y también está disponible a través de los alimentos. Está compuesto por dos aminoácidos, beta-alanina y L-histidina. Las células de larga vida, como las células nerviosas (neuronas) y las células musculares (miocitos), contienen niveles elevados de carnosina.

La carnosina que se encuentra en las células musculares parece ayudar a prolongar la vida útil de los animales. Junto con sus propiedades antioxidantes, se ha demostrado que la carnosina actúa como un agente antiglicante.

Este nutriente tiene la capacidad de suprimir varios aspectos del envejecimiento y, como resultado, retrasar algunas de las condiciones relacionadas con la edad. Sin embargo, los niveles de carnosina disminuyen con la edad. A medida que envejecemos, la masa muscular disminuye en más de un 60% cuando llegamos a los 70 años.

Se ha demostrado en investigaciones científicas que la carnosina tiene un efecto protector sobre el corazón, lo que le permite contraerse de manera más eficiente. Aparte de esta notable capacidad, la carnosina trabaja para impulsar la reparación de sus músculos y acelera la recuperación celular.

El envejecimiento también es responsable del daño a las proteínas de su cuerpo. Un mecanismo subyacente detrás de este daño es la glicación, que también puede manifestarse como piel arrugada. Debido a la glicación, los seres humanos también experimentan problemas neurológicos, vasculares y oculares relacionados con la edad.

En respuesta, la carnosina puede interferir con el proceso de glicación y disminuir las consecuencias de los problemas mencionados anteriormente, proteger contra la formación de productos finales de glicación avanzada (AGE).